01 março 2007

Europa se prepara para atuar na primeira divisão da ciência mundial

Artigo de Nora Bär

A chanceler alemã, Ângela Merkel, física especialista em Química Quântica, anunciou a criação do Conselho Europeu de Pesquisa.

Nora Bär (ciencia@lanacion.com.ar) é editora de Ciência e Saúde do jornal “La Nacion”, de Buenos Aires, onde publicou este texto, em espanhol, claro:

En una ceremonia realizada ayer en Berlín, la canciller alemana, Angela Merkel -doctora en física especializada en química cuántica-, anunció con bombos y platillos la creación de un nuevo organismo de la Unión: el Consejo Europeo de Investigaciones, integrado por veinte científicos de primer nivel y presidido por Fotis Kafatos, el más destacado biólogo griego del momento.
El consejo, que es totalmente autónomo y pone en manos de los investigadores la evaluación por pares que fundamentará las decisiones de inversión, quiere convertirse en algo así como una "liga de campeones" de la ciencia, que seleccionará a sus "jugadores" entre personalidades asentadas, pero también entre los más prometedores científicos jóvenes.
De hecho, el primer llamado a presentación de proyectos está destinado a grupos cuyo investigador principal se haya doctorado no menos de dos ni más de nueve años antes de la convocatoria.
Como si se tratara de la conformación de un equipo para ir a jugar un mundial, la cobertura periodística no ocultó el entusiasmo reinante.
"La investigación europea va por el oro", tituló Jonathan Amos su despacho para el sitio online de la BBC. Y más abajo agregó: "Europa tiene un nuevo barco insignia para respaldar las más brillantes ideas en ciencia".
La agencia EFE, por su parte, aseguró que la institución nace "sometida tan sólo a los criterios de excelencia de los investigadores" y "sentará un hito en la historia de la investigación europea".
Hay que reconocer que, con un presupuesto de 7500 millones de euros hasta 2013 y carácter paneuropeo, esta iniciativa es especial en varios sentidos, pero particularmente en uno:
tiene el objetivo manifiesto de impulsar la ciencia básica; es decir, los estudios en la frontera del conocimiento y que en principio no tienen aplicación inmediata.
En momentos en que las presiones económicas frecuentemente llevan a acentuar el papel de la tecnología en detrimento de la investigación en pos del conocimiento per se, al parecer en Europa no se duda de la necesidad de cultivar el innato impulso humano por investigar el mundo.
Es que hasta los protagonistas del éxito de Corea del Sur – que gracias al desarrollo tecnológico pasó de ser una economía agrícola a una industrializada en sólo tres décadas, que entre 1962 y 1994 creció a un ritmo de casi el 9 por ciento anual, cuyo producto bruto nacional per cápita, pasó de 87 dólares a 8843, y que en ese tiempo también fue capaz de multiplicar sus exportaciones de 40 millones a 96.000 millones de dólares – reconocieron que sin ciencia básica las posibilidades de crecimiento se topan con un "techo de cristal".
Es un ejemplo que no podemos desconocer... especialmente si algún día también queremos jugar en primera.

Site: La Nacion, Buenos Aires, 28/2.

Fonte: JC e-mail 3212, de 28 de fevereiro de 2007.

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