19 janeiro 2009

América Latina: A ciência cresce, apesar da crise

Artigo de Nora Bär

Aumenta o número de cientistas, de publicações e de pedidos de patentes, mas é preciso mais investimento privado.

Nora Bär é editora de Ciência e Saúde do jornal La Nacion, Argentina:

Aunque la "crisis" amenace la economía mundial, el año que acaba de cerrarse arroja un balance positivo para la ciencia local y del resto de América latina. Con todos los indicadores en crecimiento (inversión, recursos humanos, publicaciones, patentes), se consolida un período de expansión de alrededor de seis años que, según los especialistas, debería continuar.

Tales son las conclusiones que surgen de la precisa radiografía que traza “El estado de la ciencia”, informe elaborado anualmente por la Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología (Ricyt), del Programa de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo, y el Observatorio Iberoamericano de Ciencia, Tecnología e Innovación, perteneciente al Centro de Altos Estudios Universitarios de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

"Hay muchos motivos para ser optimistas -dice el doctor Mario Albornoz, coordinador de la Ricyt y director del Centro Argentino de Información Científica y Tecnológica del Conicet-. El carro se ha puesto en marcha. Exitos tenemos muchos. El asunto es lograr que esos casos excepcionales de cualquiera de nuestros países se conviertan en la regla."

Para Albornoz, aunque la inversión en ciencia crece en forma despareja, otros indicadores -como el aumento de recursos humanos dedicados a actividades científico-tecnológicas, o el de publicaciones en revistas de primer nivel internacional- dejan entrever un panorama alentador.

"El único país que supera una inversión del 1% del PBI en ciencia es Brasil -comenta-. El resto está lejos de ese nivel [la Argentina llega al 0,49%]. Pero aunque hubo un crecimiento leve en la inversión, hubo uno importantísimo en calidad. América latina es la región que más crece en publicaciones en todas las bases de datos, y no sólo en el Science Citation Index(SCI)."

Aunque no con el ímpetu de Brasil, la producción científica local medida por las publicaciones en revistas internacionales también creció vigorosamente: en la última década pasó de 4262 a 5935 en el SCI; de 1994 a 2669, en la base Pascal, y de 658 a 1426, en Compendex, por citar sólo algunas.

"Después de los años «malos», principalmente como consecuencia de la crisis de 2001, los científicos encontraron un clima que les permitió trabajar tranquilos y recuperar el entusiasmo", dice Albornoz.

Otro dato positivo es el retorno de investigadores, que ya superan los 600, "un número nada despreciable", según el especialista.

"Tal vez no tenga la envergadura que podría tener, pero lo cierto es que antes se nos iban -reflexiona-. Es algo que no se puede pasar por alto. Y menos aún si se tiene en cuenta que la tendencia es creciente. Todo indica que este año serán más aún."

Otra de las noticias auspiciosas que deja 2008 es el excelente momento por el que está pasando el Conicet, que está consolidándose y continúa creciendo a razón de más de 2000 investigadores por año.

"Y lo ha hecho sin tensiones ni conflictos -subraya Albornoz-. Hay quienes observan que el aumento en el número de becas [para el ingreso a la carrera de investigador] que se conceden hace que baje el tradicional nivel de excelencia. Pero los brasileños también dieron becas para doctorados masivamente, y aunque luego muchos fueron fracasos académicos, el crecimiento está a la vista? Por otro lado, es tan bueno que pueda haber una salida académica para que los pibes no tengan que irse afuera..."

Un capítulo novedoso en la actividad científico-tecnológica de la región es el del patentamiento. El número de patentes es uno de los indicadores utilizados para medir los resultados de los sistemas de innovación y desarrollo, pero como tradicionalmente la investigación en América latina se hacía en ámbitos académicos no había tradición de patentamiento. En el país, el Conicet es la institución, entre las públicas y las privadas, que más número de patentes solicitó.

"Las propias universidades tomaron conciencia de que tienen que alentar el patentamiento, y ahora hay incluso argentinos que están patentando en los grandes mercados, lo que significa que tienen esperanzas de que sus desarrollos sean competitivos en el plano internacional", explica Albornoz.

Dentro de este panorama estimulante, subsiste lamentablemente un dato negativo: "El drama, sobre todo en nuestro país, es la falta de inversión privada. Brasil encontró una manera de estimularla a través de las concesiones de explotación de servicios públicos. En la Argentina estamos atrasados, igual que el resto de América latina. Y eso no es culpa del sistema científico, sino consecuencia del tipo de estructura económica de nuestros países. Tiene más herramientas para corregirlo el ministro de Economía que el de Ciencia", afirma el especialista.

Sin embargo, enseguida concluye: "Los engranajes se han puesto en marcha y hacen prever que [este proceso de crecimiento] no va a decaer, porque hay optimismo, hay gente de calidad trabajando y hay apoyo institucional. Si además mejora el financiamiento, creo que puede haber un salto interesante".
(La Nacion, 2/1)

Fonte: JC e-mail 3673, de 05 de Janeiro de 2009.

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